
1 octubre de 1978
Mi manifiesto
Publicado originalmente en el "Boletín de debate de la Pre-Conferencia del Comité para un Partido Socialista Revolucionario (CRSP por sus siglas en inglés)", por la cofundadora de Mujeres Radicales, Gloria Martin el 1º de octubre de 1978
A LOS 62 AÑOS, PUEDO REFLEXIONAR acerca de tantos años de discriminación y de amarga derrota frecuente por ser mujer y trabajadora.
He sido trabajadora doméstica, de oficina y lavandería. He tenido muchos otros tipos de trabajos. Siempre he sido, y sigo siendo, trabajadora.
Cuando era joven, me uní a la Liga de Jóvenes Comunistas (una afiliada del Partido Comunista Estalinista de EE. UU.) y por primera vez comencé a darme cuenta del porqué era ciudadana de segunda clase.
Sin embargo, el Partido Comunista (PC) me advirtió: "Ya lo hemos dicho: obtendrás tu libertad después de la revolución. La cuestión de la mujer, sabes, es una cuestión secundaria". Los líderes del partido me dijeron que los trabajadores eléctricos, los trabajadores del acero y los trabajadores del automóvil estaban "en nuestro bolsillo" y que pronto se organizarían, y cuando eso sucediera, "los trabajadores" liderarían la revolución y las mujeres serían liberadas también.
Durante años fui a la entrada de las fábricas a las 6:00 a.m. para repartir folletos a los “verdaderos” trabajadores varones, esperando y deseando que llegara el gran día en que todos ellos se convirtieran en un gran ejército libertador. Era un privilegio servirles mientras se preparaban para liberarme.
Mientras tanto, los líderes varones del PC llevaban a sus miembros por más de un camino peligroso: la conciliación con el imperialismo.
Cerca de la víspera de una manifestación de paz del Partido Comunista en Chicago, Alemania invadió la Unión Soviética. Desperté una mañana para encontrar a mis camaradas varones que marchaban a la guerra para salvar a la URSS y a la democracia. Este cambio abrupto del partido fue el comienzo de mi trayectoria por el camino del desencanto con el PC...
Aunque critiqué el abandono de la revolución y de mi liberación, nadie me escuchó ni se preocupó. El PC estaba ayudando a las empresas de Estados Unidos a ganar la Segunda Guerra Mundial imperialista.
Tuve hijos, trabajé y seguí viviendo mi vida. Estaba enojada con la Izquierda por su traición a las mujeres.
Y luego explotó el movimiento por los derechos civiles, desatado por la costurera negra Rosa Parks en 1955. La oposición a la Guerra de Vietnam llevó a miles a las calles y las mujeres jóvenes, cansadas de su posición servil en el movimiento, comenzaron a notar que la situación no era diferente en la Nueva Izquierda de lo que era en la vieja.
Algunas de las radicales mayores escuchamos el toque de clarín y nos juntamos. Organizamos una clase sobre la emancipación de la mujer en la Free University de Seattle, y asistieron docenas de mujeres más jóvenes. Fue un deleite escuchar a las mujeres describiendo y evaluando sus vidas; la mayoría nunca habíamos sabido realmente que teníamos una historia. Nunca nos habíamos dicho todas esas cosas, nunca habíamos hablado sobre el "problema sin nombre" del que Betty Friedan escribió en su novedoso libro The Feminine Mystique.
Nuestro diálogo mutuo estalló como un gran coro liberador. Aquí por fin estábamos mirándonos a nosotras mismas y a las demás "no a través de un cristal oscuro" sino a través de una ventana limpia y recién aseada. Leíamos y hablábamos incesantemente, y esas clases de Free U transformaron nuestras vidas.
¿No fue George Bernard Shaw quien dijo: "Las mujeres son las únicas esclavas que voluntariamente duermen con sus amos"?
¿Lenin no le dijo repetidamente a Clara Zetkin, "Organiza a las mujeres trabajadoras"?
¿No escribió también que los más oprimidos liderarían la revolución, lo que traducido a los tiempos modernos significa las mujeres de color y las mujeres en todas partes?
¿No fue Trotsky quien escribió: "Tomen en cuenta a las mujeres trabajadoras"?
¿Hace mucho tiempo Mary Wollstonecraft no exigía una educación decente para las mujeres? Su Vindicación de los derechos de las mujeres tuvo un clamor que nos inspiró hasta lo más profundo de nuestro ser.
Lucharíamos y lideraríamos y batallaríamos. Al levantarnos, empujaríamos hacia arriba a todos con nosotras a medida que avanzábamos ... El Comité Coordinador Estudiantil No Violento, Estudiantes por una Sociedad Democrática y mujeres de las comunas formaron grupos de mujeres para luchar contra los líderes machistas de la Nueva Izquierda.
La marea roja del feminismo socialista comenzó entonces, en los años 60. Las Mujeres Radicales se formó al finalizar las clases de la Free University en 1968. El feminismo revolucionario ahora está rodando sobre la tierra en cada remoto rincón de este viejo y cansado mundo. Las mujeres de todo el mundo están levantando el estandarte del feminismo socialista, el feminismo marxista y el feminismo revolucionario. Nadie puede detener la fuerza de esta necesidad histórica absoluta. Ninguna anti-teoría arrogante, despectiva y engañosa puede cambiar esta realidad.
Feminismo socialista - ¡bravo! Creo en el potencial y talento revolucionarios de las mujeres trabajadoras, las mujeres militantes de color, las lesbianas radicales, las mujeres profesionales discriminadas, las jóvenes enojadas, las amas de casa rebeldes, las madres hostigadas del welfare y las ancianas sabias. Y si esto es "patriotismo femenino", ¡que así sea y aprovechémoslo al máximo!
Camaradas varones, una cálida bienvenida al club, pero si no se unen a nosotras, ya no los vamos a esperar. No tenemos más lágrimas que derramar a causa de los sexistas socialistas, y cualquier socialista que no pueda ver la actual dinámica revolucionaria de las mujeres es objetivamente un sexista. ¡A los 62 años, quiero la revolución socialista, ayer! Y estoy preparada, esta vez, para ganarla yo misma, para todos los demás, y no al revés. Junto con mis millones de hermanas que también están preparadas para luchar ahora, no me apartaré ni cederé ante nadie.
¿Así que me acusan de dividir a la clase trabajadora?
Tengo noticias para mis acusadores. ¡Esa división ocurrió mucho antes de que yo apareciera en la escena! ¡Y el capitalismo la creó, no el pobre sexo femenino esclavizado que hasta hoy culpan de todo, del pecado original y hasta de robarles la virilidad a los hombres! Y las mujeres emprendedoras que ya no aceptaremos esta mierda machista de los trabajadores y radicales estamos mostrándoles a ambos cómo se cierra la fisura, no cómo se hace más profunda.
¡Tengan cuidado! ¡Cualquiera que trate de dividir a las mujeres radicales y de atraer a algunos a la cancha de los proletarios sexistas, está saboteando la revolución! Cualquier alejamiento por parte de los trabajadores y radicales más acomodados de la colaboración real y fraterna con las mujeres como sexo, dirigida a apoyar a las mujeres en su ascenso a la dirección y participación revolucionarias plenas, será castigado como esquirol y traidor.
Trotsky lo dijo y yo estoy de acuerdo.
Hubo una vez un matriarcado igualitario y socialista. Incluso ahora existe en comunidades aisladas y nos rodean sus vestigios en todas las culturas. No me digan que Morgan, Marx, Engels, Lenin, Plejánov, Trotsky, Bebel, Mehring, Luxemburg, Zetkin y docenas más están equivocados en este asunto.
¡No me digan que todos los que vemos el matriarcado socialista como el magnífico comienzo de la realidad humana estamos locos, o somos fascistas, como claman algunos de nuestros detractores! Si lo somos, ¿dónde está la documentación en contra del método marxista? ¿O dónde hay siquiera un contra-argumento? A mí me enseñaron que los palos y las piedras y los comentarios sarcásticos y abucheos y burlas no representaban una postura, y estoy absolutamente convencida de esto desde que escuché a los indignados críticos del feminismo socialista que afirman que hemos llegado "demasiado lejos" e incluso "al extremo." ¿Cómo podemos llegar demasiado lejos en el camino hacia un estado de trabajadores? ¿Cuál es el nombre del barco que hemos abandonado?
Se está volviendo claro para las mujeres de todo el mundo que el feminismo no es suficiente, pero combinado con el marco compatible del socialismo, puede ir más allá que lograr reformas. Las feministas del mundo saben, contrariamente a la opinión de la mayoría de la Izquierda, que las mujeres liderarán la revolución. Con el mundo en crisis y las mujeres en las primeras filas de la lucha en todas partes, a millones de mujeres nos queda claro que hemos encontrado la clave para impulsar a la revolución: hemos encontrado nuestro lugar adecuado en la revolución. ¡Un lugar de gran importancia!
No tengo más temores ni dudas. Las esclavas de hace siglos están rebelándose. La gente de color, las naciones oprimidas, las mujeres y los homosexuales de todo el mundo están involucrados en guerras de clases y guerras de liberación para deshacerse del yugo imperialista y emprender la revolución incluso en Europa occidental – ¡en Portugal! Las mujeres trabajadoras, la más grande y más oprimida mayoría del mundo, son decisivas para la era de la libertad, la justicia y la igualdad socialistas, una nueva civilización que apenas nos podemos imaginar.
Revolución socialista, ¡cuanto antes, mejor! Luchemos juntos todos, hombres y mujeres, personas de color y blancas, homosexuales y heterosexuales, mayores y jóvenes, todos los que sufren y luchan, para acelerar la llegada del día.
Ésa es mi postura.